«ESPERO QUE EL CBT SEA UN EMBAJADOR DE LA BIOTECNOLOGÍA EN CHILE.»
¿Qué te motivó a acercarte a la SOFOFA para proponer esta postulación al CBT?
Queríamos efectivamente articular la biotecnología desde la demanda, desde lo que necesita la industria y si bien, personalmente ya llevaba un tiempo en eso, no habíamos tenido una contraparte que de verdad comprendiera bien cuál es la potencialidad de la biotecnología y por lo tanto, costaba mucho hacer el match entre lo que de verdad necesita la industria y que sepa que lo necesita y las capacidades que tenemos hoy día en el país desde la biotecnología.
¿Cómo fue tu experiencia representando a los centros de investigación en el directorio del CBT?
Fue buena, porque pusimos el componente técnico duro, al igual que las universidades, pero también pusimos el vínculo, el poder comunicarse con la industria. Nosotros ya teníamos experiencia en esto. Básicamente porque nuestra vocación como centros de excelencia es vincularnos con la industria, entonces muchas veces propiciamos y facilitamos conversaciones de interlocuciones válidas entre ambos lados: la ciencia y las necesidades de la industria chilena, particularmente las industrias que participan de la SOFOFA.
¿Cómo crees que se puede acercar la biotecnología a los principales desafíos de la industria?
Para seguir acercando la biotecnología a los desafíos de la industria, necesitamos más educación, más entendimiento, más confianza. Y cuando digo más educación me refiero a que muchas veces no se conoce muy bien cuáles son de verdad las potencialidades de la biotecnología, cómo puede ayudar a mejorar la productividad y cómo esa productividad va a verse reflejada en un mayor crecimiento. En Fraunhofer Alemania hay muy buenos ejemplos de cómo incorporar la ciencia y la tecnología al sector productivo. Muchas pymes han logrado crecer y transformarse en grandes empresas y muy competitivas debido a la incorporación de tecnologías que son bastante únicas para la industria y por lo tanto, le dan una ventaja importante a la hora de seguir comercializando sus productos y servicios.
Desde tu visión ¿Cuál es el valor estratégico que ves para la biotecnología en la industria chilena? ¿En qué sectores ves mayor potencial?
La biotecnología da ventajas competitivas muy superiores al normal de los modelos de negocios. Ahí podemos nombrar a Protera o Not Company que son empresas basadas en tecnologías biotecnológicas para los alimentos, pero que son sustancialmente diferentes a todo lo que conocemos. Esto hace que la ventaja que le entrega a esa empresa, la deje muy por encima de cualquier otra. Hoy en día, esto ocurre con las startups, pero la idea es que también ocurra con las grandes empresas, que se atrevan a integrar este tipo de biotecnologías disruptivas que de verdad hacen la diferencia a la hora de tener un modelo de negocios competitivo.
¿Qué esperas del CBT para los próximos años?
Espero que ojalá logre concretar lo que en un principio era su misión. Hacer el match making o unión entre las necesidades de la industria local (los distintos sectores económicos que tenemos en el país) y las capacidades y la experiencia de los biotecnólogos en Chile, tanto de los laboratorios universitarios como centros de investigación. Estos tienen la capacidad de desarrollar nuevas tecnologías para entregar capacidades distintivas a la industria chilena. Me encantaría que lográramos hacer esta transferencia tecnológica efectiva e ir desde el laboratorio hasta la producción, luego a la industria y el consumidor finalmente. También espero que el CBT sea un embajador de la biotecnología en Chile, es decir, que cumpla con la labor de difusión, educación pública y dé a entender cuál es el valor de la biotecnología.
¿Dónde crees que están las principales brechas en la aplicación de la biotecnología para la industria chilena?
La principal brecha de la biotecnología en Chile actualmente, es que se desconoce cuál es su aporte, la agregación de la biotecnología para la industria. Entonces como se desconoce, no se sabe cómo utilizarla y por otro lado, los biotecnólogos tampoco tenemos ese acercamiento hacia la industria, de manera que no hay puentes. Por eso creo que el CBT cumple un rol fundamental en establecer los puentes entre el sector productivo y la academia o la ciencia aplicada para hacer esa transferencia tecnológica efectiva y lograr lo que se buscar, agregar valor.
¿Cómo fue la experiencia del curso de Biotecnología aplicada a la Minería?
La experiencia fue muy buena, tuvimos una excelente recepción de parte de los alumnos. A nivel personal también fue excelente reencontrarme con colegas, amigos del ámbito de la biominería y darnos cuenta que, efectivamente en Chile todavía la biominería es una opción válida escalable a nivel industrial. Falta más conocimiento y acceso a estas tecnologías, porque en muchos casos se pensaba que todavía estaba a nivel de laboratorio y hace muchos años ya está en la industria. Pienso que hace falta más difusión y creo que eso se cumplió muy bien con el curso.